Desde sus inicios estas expresiones se han caracterizado por representar críticas culturales y políticas.
Por ejemplo el muralismo surgió tras la revolución mexicana en 1910 y era considerado como un movimiento vanguardista.
Años más tarde nació el grafiti en las calles de Nueva York. Este arte se tomó el espacio público y se convirtió en un medio de protesta.
Cualquiera de estas intervenciones se pueden apreciar en las calles y ambas tienen un mismo objetivo, las luchas sociales.
Sin embargo sus técnicas son diferentes al igual que su contexto histórico, pero muchas personas desconocen esto y las perciben como un mismo arte.
El grafiti y muralismo tienen en común las luchas sociales, lo que los hace diferentes, en muchos casos, son sus técnicas.
Estas dos expresiones artísticas se han expandido por todo el mundo con un único propósito, llenar las calles de creatividad.
Ahora es normal apreciar en diferentes sectores de la ciudad intervenciones de grafiti y muralismo.
El arte urbano hace parte del panorama de la ciudad. En algunos sectores se pueden apreciar diferentes rutas de grafitis.
Estas obras hacen que los lugares se convierta en un espacio más vivo, alegre y positivo.
El muralismo y el grafiti también tienen el poder de transformar lugares, le dan vida a las calles de la ciudad y la convierten en un entorno más seguro.
Pero ¿quiénes son los artistas detrás de estas piezas? y ¿qué hacen antes de crear sus obras?
Las artistas urbanas: Manu Rat, Jefa Art y Rarónica Inmorales compartieron con URBANAS algunos de sus rituales antes de salir a rayar en las calles.
Para Manu Rat el proceso previo para pintar un muro es algo muy interno, ella siempre se asegura de que sus obras tengan alma.
Lo primero que hace es pensar en lo que quiere compartir, luego elige los tonos que va a usar y por último prepara sus materiales.
Para Jefa Art es más un proceso y depende del lugar que vaya a intervenir. Primero mira su ubicación, limpia el muro y de ser necesario los revoca.
Rarónica Inmorales se prepara de acuerdo a la ocasión, si es para la comunidad, municipio o empresa privada habla con ellos para entender sus ideas y plasmarlas.
Pero cuando sale a rayar simplemente por pasión y no por trabajo, lo disfruta más. Primero llama a sus amigos, compra la pintura en el centro, escoge los colores y buscan lo que van a comunicar.
Después establecen si será legal o ilegal y mientras hacen la intervención simplemente se dedican a pasar un buen rato entre amigos.